En la calle Villa, un recodo urbano que no decide su pertenencia entre el centro tumultuoso y el vecinal barrio de residencias añejas del Medellín de siempre, se encuentra la casa donde habitó por unos años María Cano, La Flor del Trabajo, activista y militante de las causas obreras.
Allí, el pasado sábado 30 de abril, al amparo de una vaga sombra que regala el guayacán de la cuadra, instalamos el Túnel de la Memoria, como antesala al día de los trabajadores. En esta oportunidad se tematizó la vida y el legado de esta importante líder social y política.
Esta presentación se articuló al Bazar de la Memoria, cuyo objetivo central fue resaltar la memoria de María Cano, descubrir una placa conmemorativa en la casa donde vivió en su juventud y rendir homenaje a las diversas conquistas del movimiento obrero, representadas en la reivindicación de los tres ochos (ocho horas de trabajo, ocho de estudio y ocho de descanso).
En esta ocasión el túnel albergó diversas piezas relacionadas con la líder, tales como materiales audiovisuales, fotografías, afiches, pendones y la muy especial presencia de una imprenta antigua, operada por don Mario, un veterano de las artes tipográficas quien imprimió durante todo el día numerosas copias de “Carta apócrifa a un hombre” escrita por María Cano, en la que se descubren además sus dotes de escritora y poeta.
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