Allá, en la mitad del camino para llegar a lo alto de la comuna 7, se yergue el templo San Fernando Rey, en el que los próximos 20 días se exhibirá la exposición artística del Maestro Leobardo Pérez Jiménez, Armas que desarman.
La presentación de la exposición fue acompañada por más de 190 personas inquietas por conocer el otro uso de las armas blancas que los delincuentes utilizaban para sus fechorías, y que con un poco de humanidad, transformaron la mirada de niños y adultos para comprender que da más fuerza sentirse amado, que armado.
La noche inició con una multitud de vecinos que caminaban hacia el templo, poco a poco mutaron en una marcha que se acercaba y subía las escaleras de la iglesia. Encendieron la luz y, con el ritmo de la música, uno a uno colocaba el pie dentro del santuario, miraban hacia arriba, y con un gesto que se regó, los ojos se abrieron.
En el centro, una base en acrílico con dos velas que se multiplicaban al pasar de la gente. Todos se acercaban para poner su luz, y así poco a poco fueron tomando las flores. Algunos dejaban armas blancas y luego se dedicaban a contemplar la obra del maestro Leobardo.
Al finalizar, nueve jóvenes entregaron sus armas, que fueron puestas en la lumbre creada por vecinos. La gente seguía mirando, caminando, tocando y comprendiendo... que la vida es sagrada.
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